No es que me moleste que la gente use mochila para llevar sus petates porque todos sabemos lo prácticas que son. El problema es últimamente he notado una gran cantidad de paparulos que cuando suben al colectivo no se la descuelgan de la espalda y entonces suceden las siguientes situaciones:
1 - Si el gaznápiro en cuestión sube delante nuestro, nos estrola la mochila en nuestra cara mientras esperamos en el medio del escalón que la fila avance.
2 - En el momento de pagar el boleto, el gilastrún de marras elige generalmente hacerlo con monedas de 10 centavos, actuando de piquete para los que subimos después de él y ya pagamos con la tarjeta magnética.
3 - Ya en el interior del coche, ocupa el lugar de dos personas, y de paso sirve de obstáculo para los que quieren pasar más al fondo del vehículo, o para que si lo intentan, estén condenados a que se les hunda la mochila en el pecho.
Lo que no entiendo es qué corno llevan ahí adentro que las tienen casi a punto de estallar. De todos modos, es otro ejemplo de gente que le importa un pepino si con sus costumbres le estropea la existencia al prójimo. ¡Ufa!